Causas y
factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad de alzheimer
Por: MDCS. Maria de Jesús
Pérez Vázquez.
La enfermedad de
Alzheimer es una enfermedad cerebral que ocasiona problemas relacionados con la
memoria, el pensamiento y el comportamiento. No es una parte normal del
envejecimiento.
El Alzheimer empeora
con el tiempo. Aunque los síntomas pueden variar mucho, el primer problema que
muchas personas notan es el olvido lo suficientemente grave como para afectar
su capacidad para funcionar en el hogar o en el trabajo, o para disfrutar de
pasatiempos permanentes.
La enfermedad de Alzheimer implica una falla de las células
nerviosas, pero la razón de que esto ocurra es aún desconocida. Sin embargo, se
han identificado ciertos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de
desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Edad
El principal factor de riesgo conocido para la enfermedad de
Alzheimer es la edad. La mayoría de las personas con la enfermedad tiene 65
años o más. Una de cada nueve personas de este grupo de edad tiene la
enfermedad de Alzheimer. Casi un tercio de las personas de 85 años o más tiene
la enfermedad de Alzheimer.
Antecedentes familiares
Otro factor de riesgo son los antecedentes familiares. Las
investigaciones han demostrado que las personas cuyo padre, madre, hermano o
hermana padecen del Alzheimer son más propensas a desarrollar la enfermedad que
aquellas sin un familiar cercano con la enfermedad de Alzheimer. El riesgo
aumenta si más de un miembro de la familia padece la enfermedad.
Alzheimer familiar y genética
Dos categorías de
genes influyen en el hecho de que una persona desarrolle una enfermedad: los
genes de riesgo y los genes determinantes. Los genes de riesgo aumentan la
probabilidad de desarrollar una enfermedad, pero no garantizan que ocurrirá.
Los genes determinantes provocan directamente una enfermedad, lo que asegura
que quien herede uno desarrollará un trastorno.
Las investigaciones han descubierto varios genes que aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. APOE-e4 es el primer gen de riesgo identificado y sigue siendo el de mayor impacto. Otras formas comunes del gen APOE son APOE-e2 y APOE-e3. Todos heredamos una copia de algún tipo de APOE de cada padre. Quienes heredan una copia del APOE-e4 poseen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer; quienes heredan dos copias tienen un riesgo aún mayor, pero no es seguro que la desarrollen.
Los genes determinantes raros causan la enfermedad de Alzheimer en unos pocos cientos de familias dispersadas alrededor del mundo. Se estima que estos genes representan menos del 1 por ciento de los casos. Las personas con estos genes normalmente desarrollan síntomas a los 40 o 50 años.
Latinos y afroamericanos
Los latinos son una
vez y media más propensos que los ancianos blancos a padecer Alzheimer y
otras formas de demencia. Los afroamericanos tienen casi el doble de
probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y otras demencias en
comparación con los ancianos blancos. No se comprende bien la razón de estas
diferencias, pero se cree que los índices más altos de
enfermedades vasculares en estos grupos los sitúa con un mayor riesgo de
desarrollar Alzheimer.
Otros factores de riesgo
La edad, los
antecedentes familiares y la genética son factores de riesgo que no podemos
cambiar. Las investigaciones están comenzando a revelar pistas sobre otros
factores de riesgo en los que podemos ser capaces de influir. Al parecer,
existe un fuerte vínculo entre lesiones graves en la cabeza y un riesgo futuro
de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Prevención de la enfermedad de alzheimer.
Si bien no hay una
forma conocida para prevenir la enfermedad de Alzheimer, las investigaciones
recientes sugieren que las medidas que toman las personas para mantener la
salud del corazón también pueden reducir el riesgo de padecer Alzheimer.
Es especialmente
importante que las personas hagan todo lo posible para mantener el peso, la
presión arterial, el colesterol y el nivel de azúcar en la sangre dentro de los
rangos recomendados para reducir el riesgo de enfermedades del corazón, derrame
cerebral y diabetes. La alimentación con una dieta baja en grasas y rica en
frutas y verduras, los ejercicios regulares y la permanencia mental y
socialmente activa pueden ayudar a todos a proteger el cerebro.
Bibliografía recomendada: Guía de información
básica sobre la enfermedad de Alzheimer.